Disertación sobre personajes del comic 1 de Clásicos bélicos

De todas las historias, relatos cortos que trae el comic Clásicos bélicos de Biblioteca Grandes del cómic, Two-fisted Tales, el titulado Motín es el primero de los que trae el libro que me llamó la atención y recuerdo grátamente. La astucia y la voluntad de querer hacer el bien a toda costa, quedan de manifiesto cuando el oro, el preciado botín por el que se amotinan en el barco los personajes de la historia, se oculta en un saco de harina, que el malo le lanza con desdén al capitán atado en un bote, abandonado a su suerte, … en teoría dispuesto a morir de sed y hambre!! A Cuter no lo mueve el ego, la obsesión por la ambición de tener inconmesurable riqueza, porque el autor lo retrata despertando inconsciente en el bote salvavidas, y en su mente vagas imágenes de gente comienzan a tomar forma.

El siguiente relato, Historia bélica, es fascinante, el personaje malvado de la historia da mucho juego porque es capaz de matar a su hermano y como bien dice el epílogo, en la guerra se mata porque hay que matar pero, eso no implica que haya psicópatas que disfrutan haciendo ese “trabajo”. El destino y la suerte muchas veces “mueven ficha “ para que pagues si has “acumulado mal karma” ¡es un decir!; las emociones son el miedo, la culpa, el egoísmo y la avaricia y la maldad , ésta última es la que tenía en exceso el personaje del que hablo, la furia y la necedad porque en el fondo son tontos los personajes que obran mal se alivian mal si no eres una persona de buenos sentimientos. La historia se podría resumir con lo de “el mismo perro con distinto collar” … el soldado gemelo Duke podía intercambiarse perfectamente por Garfio, el malo que intenta matar al capitán de barco Cuter, Este detalle hace que se trate de historias con un argumento sólido y bien concebido. Por eso hay películas que se parecen en el guión y que cuentan casi lo mismo pero, en diferente contexto. La bondad tiene muchas maneras de manifestarse, la maldad es la obsesión cegadora que mueve a los villanos en historias, de las cuales se puede decir que “la realidad supera siempre a la ficción”.

El libro “El guerrero pacífico”deja bien claro que cuando se piensa en el aquí y ahora no hay espacio para las excusas de mal pagador. Igualmente, el libro “Sé feliz, nadie te está mirando” muestra la originalidad e inventiva de que hacen gala siempre los buenos. Y al contrario de lo que, aparentemente, parece el leer estos relatos de los que hablo hoy, por ejemplo, te hace juzgar con razonamiento crítico por contraste, y el “monotema” de mostrar sólo gente que hace todo correcto sin que tengan villanos que tuercen los caminos sólo genera la maldad más grande imaginable.

Se me ocurre que con el siguiente relato, de los jíbaros se podía cambiar también al protagonista por un personaje de los que se empléen para leer a Maquiavelo, porque no he leído ningún libro suyo pero creo que casa a la perfección la característica del protagonista que, se escurre como una lagartija de todo menos de su propia muerte. Por eso me gusta leer ensayo y ficción, porque lo segundo alimenta el juicio crítico que facilita lo primero. No se pueden tener tablas de buen actor si te preparas mucho y nunca das el paso de enfrentárte a salir al escenario a esperar el, beneplácito del público.

Haría buen contraste con este libro de historias de comic un ensayo que leí hace tiempo sobre la inmortalidad. Pues si hay un denominador común de todo el montón de protagonistas de estos relatos y personajes co-protagonistas es que en todos los casos hay muertos por doquier. Y, reflexionando diría que no se trata el motivo de ello porque sean relatos bélicos sino que es consustancial al guión en cada uno de los casos.

Por poner casos extremos, hallamos también en Mujercitas y en La casa de Bernarda alba personajes que desarrollan maldad, solo que en otros contextos. Debido a esto no creo que se trate-en el caso de querer ser escritor- de elegir un tema, sino de qué textura le das al protagonista y a los personajes de tu novela, Que no sean personajes huecos. Hace años, estudiando Ilustración en una escuela de Artes, a la hora de escoger una asignatura optativa casi todos los alumnos escogían pintura en lugar de modelado con barro... No se trata de la herramienta, todo es arte, símplemente las dos asignaturas abordan distintos modos de dar salida a la vena artística de los estudiantes.

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